También conocida como planta ZZ (en referencia a su nombre botánico, Zamioculcas zamiifolia), la zamioculca es una suculenta procedente de África Oriental la cual podemos encontrar desde el sur de Kenia hasta el nordeste de Sudáfrica, si bien muchos la conocen como “la joya de Zanzíbar”. Estos meses, la zamioculca atraviesa una nueva edad dorada en los hogares occidentales gracias a su resistencia, estética, sencillez e, incluso, su capacidad para - según los más místicos - atraer dinero a tu vida. No hagas caso al horóscopo y apuesta por una zamioculca en casa.
Características de la zamioculca
Hojas redondeadas evocan un follaje exuberante a base de verdes oscuros, tallos poéticos apuntando hacia una selva imaginaria y un brillo dilatado por la luz indirecta. La zamioculca es una planta que destaca por una sencillez no exenta de detalles estéticos irresistibles. Esta planta oriunda de África Oriental es de origen perenne y una de las más resistentes que encontramos actualmente, razón por lo que es un ejemplar ideal para personas que se estén iniciando en el mundo de las plantas.
La zamioculca aguanta grandes períodos de sequía en su hábitat natural, ya que su tubérculo como rizoma le permite almacenar agua hasta que llegue el período de precipitaciones. Las hojas de la zamioculca pueden alcanzar hasta los 40-60 cm de longitud, con hasta 8 pares de hojas laterales de unos 10 cm de longitud y un brillante color verde oscuro.
Las flores que produce la zamioculca es una espádice - una especie de espiga - de color amarillo bronce que puede alcanzar hasta los 5-7 cm de longitud, quedando parcialmente oculta entre las hojas de la base. La floración de la zamioculca tiene lugar desde mediados del verano hasta el comienzo del invierno aunque, eso sí, recomendamos a los niños y las mascotas mantenerse lejos de este planta cuyas hojas son todas venenosas. Por otra parte, la zamioculca está considerada una planta purificadora al filtrar las toxinas transportadas por el aire tales como el xileno o el benceno.
Como curiosidad, la zamioculca es conocida como “árbol del dólar” dada la creencia ancestral de su capacidad para atraer dinero a cualquier hogar. Según los más místicos, el color de la hoja de esta planta es muy similar al de un billete de dólar, por lo que si mantenemos su gama cromática querrá decir que también en tu casa fluye la buena economía. Otra creencia hace alusión a las flores de la zamioculca, vinculadas a la felicidad femenina.
Cuidados de la zamioculca
- En primer lugar, la zamioculca precisa de luz indirecta, por lo que podemos colocarla junto a una ventana con orientación al norte, este u oeste. Debemos evitar la luz solar directa a toda costa para no quemar las hojas, y la temperatura ideal para su crecimiento oscila entre los 15 y 25 ºC. Si en cualquier caso, decides plantar una zamioculca al aire libre en los meses de verano, deberás devolverla al interior si las temperaturas bajan de los 10 ºC.
- Respecto a los cuidados más básicos, la zamioculca no requiere de riegos excesivos. De hecho, un riego excesivo es una de sus pocas (y curiosas) causas de muerte. Durante la temporada de mayor crecimiento - entre primavera y principios de otoño- debes añadir abono líquido y regarla cada dos semanas. Respecto a los meses de invierno, deberás reducir el riego a uno por semana o incluso cada 15 días.
- La zamioculca es una planta muy agradecida si la cuidamos bien y crece de forma descontrolada durante los primeros meses, motivo por el que debemos reservar espacio en el tiesto. Una vez se fomente el crecimiento, tendremos que trasplantarla cada dos años a una vasija de mayor tamaño.
- Como puedes comprobar, la zamioculca es una planta de lo más versátil: no solo ofrece un aspecto de lo más exuberante, sino que es muy resistente y requiere de muy pocos cuidados. Si a ello sumamos su capacidad para atraer el dinero, no dudes en integrar una zamioculca en tu mesa de trabajo o, incluso, llevarte un ejemplar a la oficina. Quizás atraiga un aumento de sueldo.
