La cinta: Una planta clásica y muy decorativa
Como con todo, los gustos por las plantas van y vienen. Pero unas cuantas, como la cinta, están más allá de modas.
El mundo de las plantas tiene, como todo en la vida, sus tendencias, sus momentos, sus gustos… En ocasiones, esto viene dado por la accesibilidad. Difícilmente se pondrá de moda ir descalzo en Groenlandia, o llevar anorak en las Seychelles… Del mismo modo, no es posible que se pongan de moda plantas que no cultivamos. Como ejemplo, baste decir que las dos especies de interior más populares hoy son la diefembachia o exótica (Dieffenbachia amoena) y la flor de Pascua (Euphorbia pulcherrima). Pues bien, ambas eran completamente desconocidas en España hasta los años sesenta cuando comenzaron a ser cultivadas tímidamente en los pocos invernaderos con calefacción (denominados estufas) de la época.
La cinta o falangio, conocida también como planta araña, mala madre y lazos de amor (Chlorophytum comosum “Variegatum“), familia Agaváceas (antes Liliáceas), se encuentra fuera de modas o tendencias. Cierto es que tuvo que atravesar el desierto cuando comenzó la invasión de tropicales como las mencionadas, pero en este momento vuelve a ser, junto a sanseviera, aspidistra o cóleo, un verdadero clásico del interior.
La cinta o falangio, conocida también como planta araña, mala madre y lazos de amor (Chlorophytum comosum “Variegatum“), familia Agaváceas (antes Liliáceas), se encuentra fuera de modas o tendencias. Cierto es que tuvo que atravesar el desierto cuando comenzó la invasión de tropicales como las mencionadas, pero en este momento vuelve a ser, junto a sanseviera, aspidistra o cóleo, un verdadero clásico del interior.
Esta es el precioso y original lirio de Siam (Chlorophytum bichetii). Como se ve, muestra un jaspeado contrario a nuestra cinta protagonista. En este caso, la franja blanca de sus hojas se encuentra en el exterior. Resulta muy decorativa y combina bien con las decoraciones más vanguardistas.
Precisamente, el lirio del Siam es más resistente y sufrido para el pleno exterior que el falangio. Por eso es muy recomendable para el gran exterior, es decir para macizos del jardín donde deberá pasar todo el invierno. En rocallas, junto a cursos de agua (esta planta es muy popular entre los acuariófilos), bajo los árboles… Siempre es buena elección.
El jardín de Sorolla: un oasis mediterráneo en el centro de Madrid
El jardín de Sorolla: un oasis mediterráneo en el centro de Madrid
Esta foto corresponde a unos de los parterres urbanos, de alineación en las calles, en medio de Lisboa. En esa ciudad, de clima muy benigno, las cintas se muestran bellas todo el año. Lo mismo sucede en todo nuestro atlántico.
Un seto informal, realizado a base de falangios es algo original que siempre se agradece. Los mejores setos de estas bellas cintas se encuentran en el Jardín Botánico de Puerto de la Cruz (Jardín de Aclimatación de Especies de La Orotava), en Tenerife (Islas Canarias). Allí, crean separaciones exquisitas entre parterres de arbustos y árboles increíbles. En este caso, separan porche y jardín sin evitar las vistas, sólo potenciándolas. Desde el exterior, la alineación de nuestros protagonistas, los Chlorophytum, crea una cortina tenue que embellece todavía más el interior. No se trata de aislar ambos ambientes, sino de conseguir que ambos se encuentren en esas hojas acintadas que se conocen en todo el mundo como “spider plant” (planta araña), por la manera de emitir estolones hacia todos los lados.
Son muchas las especies que viven felices en exterior durante todo el año… a excepción del invierno. Incluso en zonas climáticas de temporadas frías suaves, es preciso proteger a las plantitas exóticas (exóticas son las especies foráneas) más sensibles. La cinta no podía ser menos. Busca de noviembre a marzo, cuando ya no son de temer temperaturas muy bajas, lugares a resguardo. Una galería o pasillo, un garaje, el rincón de un patio cálido, o como en este caso, una piscina cubierta.
Desde el momento en que ceden las temperaturas bajas y se presiente la llegada de la primavera, hay que pensar en sacar de sus “escondrijos” a las plantas frioleras. El problema es que para entonces mostrarán sufrimiento de esa travesía del invierno, siempre dura. Para evitar los falangios con muchas hojas quemadas y secas, blancas y marrones; de todo menos verdes, se impone pasar a la acción en forma de poda al ras, que en pocas semanas conseguirá brotadas espectaculares y verde intenso.
Con toda seguridad, el método más fiable para multiplicar cintas es la división de mata.
Nuestra plantita puede considerarse tuberosa, formando unos gruesos ensanchamientos de sustancias de reserva y gérmenes vitales bajo tierra. Cada brote de cinta forma un tubérculo, así que es fácil que haya aglomeraciones de rizomas bajo tierra.
Para obtener más ejemplares, sólo debes cortar el cepellón cuantas veces desees, e instalar un trozo o división en cada maceta nueva.
Crasas y suculentas: Belleza rústica
Pero claro, tener entre tus compañeras verdes una cinta, y no aprovechar su facultad para emitir estolones (se conoce también como planta araña por eso), sería una pena. Estos tallos portadores de una flor que se transforma en una plantita, allí arriba en el aire, son muy fácilmente acodables, es decir, se pueden plantar por separado para obtener más y más ejemplares. Elige un estolón maduro, con la plantita ya formada en el extremo. Córtalo y ponlo a enraizar (es bueno mantenerlo en agua 2-3 días). Tras eso, puedes plantarlo en un tiesto, solo o acompañado de más acodos, y verás con qué rapidez muestra su arraigo, creciendo y embelleciéndose.
Nuestra plantita puede considerarse tuberosa, formando unos gruesos ensanchamientos de sustancias de reserva y gérmenes vitales bajo tierra. Cada brote de cinta forma un tubérculo, así que es fácil que haya aglomeraciones de rizomas bajo tierra.
Para obtener más ejemplares, sólo debes cortar el cepellón cuantas veces desees, e instalar un trozo o división en cada maceta nueva.
Crasas y suculentas: Belleza rústica
Pero claro, tener entre tus compañeras verdes una cinta, y no aprovechar su facultad para emitir estolones (se conoce también como planta araña por eso), sería una pena. Estos tallos portadores de una flor que se transforma en una plantita, allí arriba en el aire, son muy fácilmente acodables, es decir, se pueden plantar por separado para obtener más y más ejemplares. Elige un estolón maduro, con la plantita ya formada en el extremo. Córtalo y ponlo a enraizar (es bueno mantenerlo en agua 2-3 días). Tras eso, puedes plantarlo en un tiesto, solo o acompañado de más acodos, y verás con qué rapidez muestra su arraigo, creciendo y embelleciéndose.
Pero asimismo, en cualquier oficina, donde no faltará un pequeño esqueje de falangio sumergido en agua.
Por fin, es fácil descubrirla en los zaguanes, patios y accesos a las casas de pueblo, plantadas en los más variopintos contenedores, incluso en latas de conserva habilitadas…