(Matricaria chamomilla)
La Matricaria chamomilla o Matricaria recutita también llamada manzanilla alemana, manzanilla dulce o cimarrona o manzanilla común pertenece a la familia de las Asteraceae (ex Compositae).
La manzanilla es una planta herbácea anual que se encuentra en cualquier sitio: en los terrenos baldíos, en las zonas secas y pedregosas hasta 500 de altitud sobre el nivel del mar. Tiene un tallo erguido que llega hasta a una altura de 50 cm, muy ramificado.
Las hojas son alternas, pinnadas y sectas, de color verde claro, con incisiones muy profundas. Las flores están asociadas en capítulos con largos pedúnculos establecidos sobre un receptáculo vacío y las flores externas tienen la lígula blanca mientras las flores interiores son tubulosas con corola amarilla. Los frutos son aquenios.
El aceite esencial de manzanilla, responsable de sus propiedades aromáticas contiene: camazuleno azul que vira a pardo a la luz, flavonoides, cumarinas, alcohol, ácidos grasos, potasio, vitamina C.
Sus propiedades, conocidas por casi todo el mundo son: antiinflamatorio, antiséptico, antiespasmódico, sedante, tónico, digestivo, emenagogo (promueve el ciclo menstrual), carminativo (favorece la expulsión de los gases intestinales).
La manzanilla común ayuda en el caso de dolores de estómago y en los menstruales y en las enfermedades de enfriamiento
De la manzanilla común se utilizan las flores recogidas al principio de la floración, cuando las inflorescencias no están aún bien abiertas y todavía son de un bonito color blanco.
Es preferible la recolección en días secos y preferiblemente por la tarde cuando las plantas están bien secas y sin rocío para no comprometer la subsiguiente desecación. Deben ser secadas rápidamente en un lugar seco, oscuro y ventilado para evitar la formación de mohos y el atezamiento de la planta con la consiguiente pérdida de sus características.
La manzanilla común se conserva en recipientes de vidrio al amparo de la luz pero es preferible no mantenerla más de un año y luego renovarla.
Si el producto se destina a la destilación para conseguir aceites esenciales, se utiliza fresco o apenas mustio.
La infusión de las flores de manzanilla es un óptimo calmante de los nervios y favorece el sueño. Además ayuda en los casos de dolores al estómago, dolores menstruales, resfriado e influenza.
Nuestros abuelos solían preparar pequeños bolsas de tejido muy ligero que contenían mitad de flores de manzanilla, otra mitad de hojas de menta piperita y una dosis demediada de aspérula para ponerla bajo la almohada para conciliar el sueño.
El aceite de manzanilla desde siempre es usado para calmar los rubores y las inflamaciones de la piel.
Para uso externo, la infusión se usa para lavar la piel inflamada y para hacer gárgaras para el dolor de garganta.
Las compresas calientes ayudan en caso de cólicos hepáticos.
La fumigación de manzanilla y romero deterge, alivia y ablanda la piel.
La pócima agregada al agua del baño hace relajar además de descongestionar la piel.
Se usa para aclarar el pelo después del lavado.
La manzanilla se usa mucho para preparar óptimas infusiones que se beben o para uso terapéutico o sencillamente para deleitar nuestro paladar: la Matricaria chamomilla provee un té bien dulce y delicado.
La manzanilla común se usa en las confituras, en las golosinas, en los helados, en los chicles y generalmente en la industria dulcera y para aromatizar licores como por ejemplo el vermut.
Es conocida desde los tiempos más antiguos. En efecto es numerosa la información transmitida desde los tiempos más antiguos. Ya los antiguos egipcios conocían sus propiedades.
La manzanilla es desaconsejada para quien sufre de diarrea y para las mujeres durante el embarazo.
Ver: Manzanilla - El lenguaje de las flores y de las plantas.
