Alberto Sánchez

Alberto Sanchez

Alberto Sánchez: «Toro», 1958-60. Madera y pasta de madera, 94 x 73 x 23. MNCARS, Madrid

 

Alberto Sanchez

Alberto Sánchez: «Maternidad», 1930-65. Bronce, 80 x 22 x 14 (realizada a partir del ejemplar en piedra de Novelda original. Fundición póstuma). MNCARS, Madrid

 

  Alberto Sanchez

Alberto Sánchez: «El pueblo español tiene un camino que lleva una estrella», cemento, 12,5 m. (reproducción del original frente al MNCARS) 

 

La obra de Alberto Sánchez, solo Alberto para la gente del mundo del arte, es fruto de su experiencia vital sumada a su ideología y a una honestidad personal y artística notables. Consecuente con su periplo existencial, de este artista toledano Iliá Erenburg dijo en una exposición retrospectiva que se realizó en Moscú: «Lo que más impresiona aquí es la comprobación de que a los veinte años de forzoso exilio, Alberto sigue siendo español y artista por los cuatro costados. Tercamente español y artista». Con estas palabras Erenburg define al hombre luchador que tuvo que desempeñar los más humildes trabajos para conseguir hacer lo que llevaba dentro. Duro, y sin desviarse, al mismo tiempo que de panadero, trabaja los materiales que convierte en arte desde su conciencia social obrera. Después de la guerra civil tuvo que exiliarse a Moscú donde fallece en 1962. Antes de la guerra se dio a conocer en la exposición de Artistas Ibéricos celebrada en Madrid, formando parte de la vanguardia española y colaborando con Lorca, Alberti, Miguel Hernández y Neruda… Es de destacar, al lado de sus pinturas y esculturas, su colaboración en escenografías y realización de telones  para la Barraca, en Fuenteovejuna, El cerco de Numancia de Cervantes o Las germanies de Valencia de Bergamín y Altolaguirre. La guerra trunca esa colaboración siempre fructífera entre los artistas plásticos y el teatro. Para  el pabellón español de la Exposición Universal del 37, realiza en París su obra «El pueblo español tiene un camino que conduce a una estrella» de 12 metros, cargada de simbolismo poético, cuya réplica se encuentra frente al Museo de Arte Reina Sofía. Esta escultura fue realizada en cemento monocromo, con una basa que era una rueda de molino traída desde España y rematada por una estrella roja y una paloma apoyada en un saliente. Picasso al respecto dijo: «Alberto era un hombre muy grande, como aquella escultura que presentó en la exposición de París».

4 pensamientos en “Alberto Sánchez

  1. Me parece que no he llegado a escribir mi comentario. Iba a decir que, si fuera artista, me encantaría que me definieran como Ilia Ehrenburg a Alberto Sánchez.

Deja un comentario