Tão só um democrata mais

Martes, 4 de Agosto de 2020

Mucho mamerto seudoburgués (que, como todo mamerto, aspira a serlo pero jamás lo logra) quiso que Lula da Silva ganara las pasadas elecciones presidenciales en Brasil.

Pero no fue posible.  Entre otras cosas, porque el camarada estaba inhabilitado.

Y por razones cronológicas, es de temer que ya no lo consiga nunca.

Luego, quisieron que el designado por Lula a última hora fuese el presidente.

Pero tampoco pudieron. Y lo más probable es que no lo alcancen nunca, entre otras razones porque aquel candidato hace parte del grueso número de personajes al que nadie vuelve a recordar jamás.

Dicho de otra forma, al desconocer la realidad objetiva, ellos mismos se encargaron de deconstruir el ‘mito Lula’ que con tanto esfuerzo esculpieron durante la temprana posguerra fría.

De hecho, tiraron por la borda a la Unasur, la Celac y hasta al mismísimo Mst.

Así que, al quedarse sin oficio, se dedicaron (¡inconscientemente, por supuesto!) a erigir un mito nuevo: el de Bolsonaro.

Por otra parte, cuando decenas de millones de brasileros eligieron al candidato de la derecha, ellos quisieron declararlo espurio. 

Pero al no tener argumento válido, todo ese aspaviento solo sirvió para legitimar al mandatario, así que, sin quererlo, lo convirtieron en icono.

Más adelante, se solazaron con el atentado del que fue objeto y por el que (varias veces) estuvo a punto de perder la vida.

Ensalzaron al autor material, lo consideraron como un combatiente por la libertad y hasta salvador de la patria.

Pero lo único que lograron con eso fue convertir al recuperado Bolsonaro en ídolo de los votantes. 

En otras palabras, los mamertos se olvidaron de que el presidente era tan solo un demócrata más y, sin proponérselo, lo transformaron en una especie de refundador del Estado.

Poco tiempo después, cuando Bolsonaro trazó con claridad el mapa de alianzas de Brasil, desmontó el ‘orçamento participativo’ y acorraló al chavismo en compañía de Trump, Piñera y Lacalle, los agitadores perdieron los estribos.

Y al denostarlo, o sea, al olvidar que tan solo era un demócrata más, lo único que obtuvieron a cambio fue consolidar ese mito Bolsonaro.

Por último, cuando él cayó presa del coronavirus muchos extremistas hicieron gala de lo camanduleros que son (‘católicos por el socialismo’) y rezaron fervorosamente para que pasara a mejor vida.

Pero, al constatar que sobrevivió al contagio, y llorar amargamente por ello, no hicieron más que glorificarlo, olvidando, nuevamente, que él es tan solo un demócrata más.

En definitiva, los mamertos están tan condicionados históricamente por la teoría y práctica del mesianismo que, aun detestándolo, no han hecho otra cosa que sacralizarlo.

Olvidando, claro está, que fue elegido limpiamente, que es la expresión de la soberanía popular en un momento dado de la República y que -repito-, en realidad, es tan solo eso: apenas un demócrata más.

* Profesor de la Escuela Superior de Guerra.

vicentetorrijos.com