Historia de la moda

La enciclopedia de la moda de Vogue: El vestido de novia

De sus orígenes en la Inglaterra victoriana, popularizado por la realeza y las estrellas de Hollywood, y final por excelencia de los desfiles de moda, esta es la historia del vestido de novia blanco.
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Pascal Le Segretain

La reina Victoria impuso dos fuertes tendencias de moda durante su vida: el negro más profundo para el luto y los vestidos de boda blancos. Antes de ella, las novias de la realeza utilizaban vestidos de novia en una amplia variedad de tonos, siendo el rojo uno de los más populares; mientras que los vestidos blancos se reservaba para las mujeres que eran presentadas en la corte.

Decidida a hacer una declaración, la reina que amaba la moda eligió un vestido no tradicional y una corona de flores para su boda con el príncipe Alberto el 10 de febrero de 1840, del cual dijo que fue “el día más feliz de mi vida”. El vestido estaba hecho de satén de seda color crema del Spitalfields con un volante de encaje de Honiton en el cuello y las mangas; y con su cintura ajustada, enagua completa con crinolina y decoraciones de encaje, todavía es considerado como la silueta “clásica” de vestido de boda en Occidente hasta el día de hoy.

El vestido de novia de Grace Kelly.

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Como la cobertura de la boda de Victoria da cuenta, otros líderes europeos siguieron su ejemplo. Los nuevos vestidos eran notablemente lujosos: blanquear la ropa era muy difícil en el siglo XIX y los vestidos blancos eran difíciles de mantener. A diferencia de hoy, los vestidos de boda se utilizaban varias veces a lo largo de la vida; incluso la reina Victoria trajo el suyo a otros eventos. A medida que los vestidos blancos ganaron popularidad para las bodas, también adquirieron un nuevo simbolismo; el color comenzó a significar pureza e inocencia, además de riqueza. El blanco también lucía bien en las épocas tempranas de la fotografía en blanco y negro o sepia.

Sin embargo, se necesitaría algunas décadas más para que los vestidos de boda blancos se democratizaran entre las parejas de clase media en Europa y Estados Unidos. Hasta entonces, muchas mujeres simplemente utilizaban su vestido más bonito el día de su boda. A medida que la sociedad se volvió más próspera luego del desastre de la Segunda Guerra Mundial y la ropa fue más barata de producirse, el vestido blanco de un solo uso –y la lujosa fiesta para lucirse– se volvieron una parte distintiva del contraer matrimonio.

El vestido de novia de Meghan Markle de Givenchy.

ANDREW MATTHEWS

Los retratos de boda en Hollywood, así como la velocidad y la facilidad con la que la gente podía ver imágenes de las bodas de las celebridades, ayudó a consolidar la noción de que el matrimonio exigía un vestido blanco. En 1956, los videos y las fotografías de Grace Kelly en su vestido de novia, hecho con encaje, seda, perlas y tul, rápidamente le dio la vuelta al mundo. En 1981, 750 millones de personas vieron a Carlos, príncipe de Gales, casarse con Lady Diana Spencer en un vestido de tafetán de seda color marfil con una cola de casi ocho metros diseñado por David y Elizabeth Emanuel. Más recientemente, el vestido de Kate Middleton de Alexander McQueen (diseñado por Sarah Burton) y el vestido de Meghan Markle diseñado por Clare Waight Keller para Givenchy inspiraron copias de la noche a la mañana.

Y también está la tradición de cerrar los desfiles de alta costura con un vestido de novia blanco. Los diseñadores han hecho por mucho tiempo vestidos de boda para clientas privadas, durante la primera mitad del siglo XX, estos vestidos, en ocasiones, llegaban a los desfiles para las colecciones de verano.

La idea de cerrar un desfile de alta costura con un vestido de novia blanco puede remontarse a los años 40 o 50. En cualquier caso, hacia 1957 ya se había convertido en una tradición –un artículo de Vogue de abril de ese año asegura que “las colecciones de primavera de París… tradicionalmente cierran con la presentación de un vestido de novia”. Algunos de estas sensaciones, como el vestido capullo de Yves Saint Laurent de 1965, se han vuelto icónicos.

Adut Akech cerró el desfile de alta costura Otoño-invierno 2018 de Chanel con un traje color verde menta.

Stephane Cardinale - Corbis

Hoy, incluso en las culturas en las que los vestidos de novia blancos no son la norma, como China –donde tradicionalmente el rojo simboliza fortuna y prosperidad– algunas novias se ponen un vestido blanco para las fotografías oficiales. Y a pesar de que el vestido blanco es en ocasiones reemplazado por un traje de pantalón blanco, el color sigue siendo la opción principal para celebrar una unión.

Algunas de las bodas de celebridades más recientes, sin embargo, podrían comenzar a romper con la tradición. El vestido rosa de Reese Witherspoon para su boda en 2011 aumentó las ventas de vestidos de novia en tonos pastel en algunas de las boutiques nupciales mejor establecidas de Estados Unidos; mientras que sobre las pasarelas, Adut Akech cerró el desfile de alta costura Otoño-invierno 2018 de Chanel con un traje de dos piezas en color verde menta. Casi 180 años después de la boda de la reina Victoria, podría haber llegado el momento de traer algo de color de vuelta para el gran evento.

Autor: Maude Bass-Krueger.

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