El abuso sexual infantil podría definirse como toda aquella actividad sexual con o sin violencia entre un adulto y un menor, o entre dos menores, cuando uno ejerce poder sobre el otro ya sea mediante la fuerza, la coacción o la persuasión.
Es un delito castigado por la ley y de una situación que puede marcar para siempre la personalidad de la víctima y todos los problemas que ello conlleva.
A veces se suele pensar que se trata de un problema aislado que “a mis hijos no les sucederá”, sin embargo es más habitual de lo que creemos y quizá debiéramos tenerlo presente para intentar proteger la infancia y la inocencia de nuestros hijos.
Se estima que una de cada cuatro niñas y uno de cada seis niños pueden convertirse en víctima de abuso sexual antes de llegar a la mayoría de edad. Esto significa que una gran cantidad de niños soportan en silencio este tipo de vivencias.
Aproximadamente el 20% de las víctimas de abuso sexual infantil son menores de 8 años y la mayoría nunca informan del abuso.
Como prevenir y/o evitar el abuso sexual infantil:
- Conoce los hechos: los padres somos los responsables de nuestros hijos y somos los que debemos estar en alerta para evitar que pueda darse una situación de abuso. Una tercera parte de las víctimas son abusados por miembros de su familia y esto significa que el riesgo principal proviene de las personas más cercanas. Los abusadores suelen tratar de establecer una relación de confianza con los padres de las víctimas y debemos tener en cuenta que cualquiera puede serlo.
- Reduce los riesgos: el abuso infantil ocurre cuando un adulto está a solas con el niño. Debemos tratar de conocer a la persona con quien se queda e intentar que puedan ser observados por otras personas. Internet es una gran puerta de entrada para los abusadores, debemos supervisar el uso que puedan hacer nuestros hijos de la red.
- Habla sobre el tema: los niños suelen mantener el abuso en secreto. Los abusadores manipulan y confunden a los niños para que crean que la culpa es de ellos o que lo que están haciendo es algo normal o un juego, pueden amenazar al niño o incluso amenazarle con hacer daño a otras personas de su familia. Hablar con los niños sobre el abuso, adaptando nuestro diálogo a su edad puede hacer que se elimine la barrera del silencio.
- Mantente alerta: debemos valorar con detenimiento las señales físicas como irritación, inflamación o sarpullido en los genitales, infecciones de vías urinarias, etc. y otros problemas como dolor abdominal o de cabeza fruto de la ansiedad.De manera más habitual surgen problemas emocionales o del comportamiento tales como retraimiento o depresión, exceso de autoexigencia, rabia y rebeldía inexplicables.
Un comportamiento y lenguaje abiertamente sexual y atípico para la edad pueden ser también signos de alarma. - Infórmate, reacciona a tiempo: responder ante la verdad expresando incredulidad o rabia y enfado puede hacer que el niño intente justificar la acción, que cambie la versión o que evite preguntas y diálogos que vuelvan sobre el tema.
- Actúa cuando tengas sospechas: las sospechas dan miedo, pero pueden ser la única oportunidad de un menor de salvarse (o de varios menores, los abusadores tienen varias víctimas). Si no nos atrevemos a denunciar podemos contactar con los servicios sociales, con los servicios de protección al menor, con el centro de salud, etc.
- Involúcrate: podemos luchar contra el abuso, por ejemplo, apoyando leyes y organizaciones que luchen contra el abuso sexual a los menores.
Espero que nunca pase, pero debemos estar alerta.