Los últimos años han sido complicados para la industria del plástico, luego de que en 2020 sufrió un freno con la pandemia de Covid-19, hasta caer 9%, y el año pasado no registró crecimiento, pero para 2022 se tiene un panorama más optimista y de recuperación económica.
Para este año se estima que la industria del plástico tenga un crecimiento de 4.2% con la reactivación de otros sectores como el automotriz y el de la construcción, mientras que se calcula que la inversión ronde los 3,500 millones de dólares, considerando un producción de 350 toneladas.
Aunque el ambiente de negocios en estos momentos nos es el mejor, la confianza de los inversionistas se mantiene, dice José Navarro Meneses, director general de Tarsus y socio de la Asociación Nacional de Industrias del Plástico (Anipac), en entrevista con Forbes México.
“El ambiente quizá no es el idóneo, pero hay mucha confianza porque el crecimiento de la demanda de manufacturas realizadas en plástico, pues es consistente en las diferentes industrias, las cuales están demandando sustitución de materiales”, señala Navarro Meneses.
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Además, resalta los beneficios con el T-MEC: “creció el cupo de la región económica de América del Norte, donde está México, pues aumentó del 63% al 75% de productos que tiene que ser de origen de la región (en el sector automotriz); esto beneficia mucho, nuestro país, por su vocación manufacturera, 80% son de exportación a esta región, entonces hay y una confianza de que vamos a tener crecimiento para satisfacer esta demanda”.
Golpea pandemia al plástico
Si bien la pandemia de Covid-19 dio impulso a diversos productos de plástico, esto no fue suficiente para tener un saldo positivo por las pérdidas que significaron otras áreas productivas.
La demanda de insumos para la salud y materiales de plástico se disparó 360% por la pandemia; lo más requerido fueron bolsas, guantes, caretas, jeringas y otros insumos, los cuales pasaron de 70,000 toneladas en 2019 a 350,000 toneladas en 2020.
Un ejemplo claro de este incremento en demanda de insumos médicos fueron las jeringas, que hasta antes de la pandemia su consumo era de 100 millones de unidades, pero con la vacunación contra la Covid-19 llegó a 500 millones.
También la industria de los alimentos impulsó la demanda de plásticos, con el envasado de productos, ya que los hábitos de consumo cambiaron.
Pero eso no alcanzó para amortiguar la baja demanda en otros sectores como el automotriz y el de la construcción, ya que la industria del plástico sumó pérdidas por 25,000 millones de pesos y 10,000 empleos desaparecidos, según los datos de la Anipac.
Durante la pandemia se registró una reducción del volumen de producción de 91,000 toneladas y más de 7,300 millones de piezas de diversos materiales.
Como parte de la reactivación de la industria del plástico, los líderes del sector participarán el próximo mes en PlastImagen, una reunión que se realizará en la Ciudad de México del 8 al 11 de marzo, para la cual ya hay 480 expositores inscritos y se espera la asistencia de 20,000 personas.
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Preocupación por reforma eléctrica
Al igual que otras industrias, la del plástico también tiene cierta preocupación sobre la iniciativa de reforma eléctrica del presidente Andrés Manuel López Obrador, pues su consumo es intensivo.
“Hay toda una preocupación porque el costo de la energía representa entre un 25 y 30% de los insumos de la industria del plástica; para modelar el plástico se requiere calor y este se genera a través de de la electricidad”, comenta el socio de Anipac.
Entonces, un incremento en los costos de la electricidad, resta competitividad a escala internacional, afirma Navarro Meneses.
“No es un acierto hacer una reforma de este tipo, la idea sería transitar a una energía que sea económica para poder estar en igualdad con otros países”, expresa el directivo.
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