¿Cuál el mejor libro de Gabriel García Márquez? Ordenamos sus novelas de menos buena a mejor

Esta novela causó cierta polémica al publicarse en 2004. Veréis el porqué: trata de un anciano putero que al cumplir los 90 años se regala una noche de pasión con una jovencita. Ella es una adolescente dispuesta a vender su virginidad para ayudar a su familia. Y, para colmo, esto es una historia de amor.

No obstante, se trataba de un homenaje a La casa de las bellas durmientes de Kawabata y lo que le interesaba a Gabo no era tanto el sexo (mucho menos la pedofilia) como la experiencia de un anciano empeñado en seguir sintiendo a su edad. En realidad, son los temas de la soledad, la muerte y los abusos de poder que encontramos en todos sus libros.

A lo largo de su carrera García Márquez no dejó nunca de trabajar como periodista porque, decía, la mantenía "en contacto con el mundo real". Esta novela-reportaje parece sacada de una temporada de Narcos pero es absolutamente real y se construye a partir de testimonios como los de Maruja Pachón y su esposo.

Noticia de un secuestro cuenta cómo en 1990, en el punto crítico de la guerra entre el 'Cartel de Medellín' y el Estado colombiano, Pablo Escobar y su grupo Los Extraditables mantuvieron secuestrados durante casi un año a varios políticos y periodistas colombianos como chantaje para impedir la extradición de narcotraficantes a Estados Unidos.

A Gabo le gustaban tanto los cuentos como las novelas y los consideraba igual de importantes y dificiles de prácticar. Doce de peregrinos es su último volumen de relatos, que abarca la producción de dieciocho años, y agrupa doce historias -melancólicas, tenaces y tristes- de personajes latinoamericanos en Europa, con los esperables choques culturales, las dichas y desdichas de la vida del emigrante y la mezcla de lo cotidiano con lo extraordinario de la que Gabo fue siempre un maestro.

El primero de los tres volúmenes que García Márquez planeaba dedicar a su biografía y el único que llegó a publicar. En Vivir para contarla viajamos con él desde su infancia, cuando su abuela le contaba historias, hasta sus primeros años como periodista y su formación como escritor, de 1927 a 1950. Por el camino conocemos a los personajes reales que inspiraron sus historias, el pueblo natal de Aracataca que prefiguró Macondo y las lecciones de vida que el escritor sacó de todos estos años. Como dice en un momento de libro, "la vida no es la que uno vivió, sino la que uno recuerda y cómo la recuerda para contarla”.

"Yo creo que es mi mejor libro, sin lugar a dudas", dijo una vez el escritor. "Además, y esto no es una boutade, tuve que escribir Cien años de soledad para que lo leyeran".

Si Gabo lo dice, hay que leer El coronel no tiene quien le escriba, la más simple de sus novelas. En ella no hay mezcla de géneros, ni de puntos de vista, ni de lo cotidiano y lo extraordinario; tan solo una fábula sobre la injusticia y la espera del viejo coronel, que va todos los viernes al puerto con la esperanza de recibir una carta donde le reconozcan los servicios prestados. Pero "la patria parece muda".

Suelo recomendar esta crónica periodística de 1955 (fue uno de los primeros trabajos del escritor aunque no se publicó como libro hasta más tarde) a los que asocian nada más a García Márquez con el realismo mágico o a quienes quieren leer algo del Nobel y prefieren comenzar con algo más breve que Cien años de soledad. Aquí no hay fugas de fantasía, tan solo una realidad que se lee con la misma emoción que las aventuras de Robinson Crusoe.

El título completo es como un microrrelato que lo dice todo: "Relato de un náufrago que estuvo diez días a la deriva en una balsa sin comer ni beber, que fue proclamado héroe de la patria, besado por las reinas de la belleza y hecho rico por la publicidad, y luego aborrecido por el gobierno y olvidado para siempre". García Márquez sí sabía cómo titular un libro.

Los hermanos Vicario no ocultaron que iban a asesinar a Santigo Nasar y el rumor alertó a todos en el pueblo... menos a él, que es apuñado frente a su casa al amanecer. ¿Cómo es que nadie pudo impedirlo?

A partir de un crimen real pero ficcionalizándolo a su gusto y entremezclando las formas de una novela policiaca sin suspense con las de una crónica periodística, con Crónica de una muerte anunciada García Márquez retrató la vida de un pueblo aislado en el trópico donde todavía parece reinar la idea de un destino inexorable. A pesar del tema, la novela tiene un sorprendente sentido del humor y varios destellos de imaginación. Y además no llega a las 150 páginas: uno de los mejores libros cortos que puedes leer de un tirón.

El otoño del patriarca tiene fama de ser la novela más dificil de Gabriel García Márquez. En lugar de reproducir el éxito de Cien años de soledad, después de su publicación él se lanzó a la novela que más tiempo y trabajo le exigió nunca. No hay apenas puntos, ni párrafos, ni diálogos, sino seis bloques narrativos que desgranan la agonía y muerte de un dictador, mezclando distintos puntos de vista en un monólogo polifónico y volviendo obsesivamente sobre la misma anécdota. Y a pesar de todo, la lectura fluye con naturalidad gracias a su prosa.

Por motivos evidentes el subgénero de 'novela del dictador' es una de las mayores aportaciones de España y latinoamérica a la literatura universal, desde Tirano Banderas de Valle-Inclán hasta La fiesta del chivo de Vargas Llosa. Un recorrido en el que El otoño del patriarca es una parada obligatoria.

"Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo". Nadie que haya leído el comienzo de Cien años de soledad ha podido olvidarlo. Es el preludio de la historia de Macondo y la saga de los Buendía, con una galería repleta de personajes entrañables, obsesiones recurrentes y fugas de fantasía; pero, sobre todo, este comienzo es la síntesis de una novela circular en la que la forma es también el fondo y el tiempo narrativo discurre entre la realidad y el mito. Gran parte de Cien años de soledad se encuentra en esa elipsis prodigiosa entre el día en que Aureliano Buendía conoció el hielo hasta aquel otro en que le fueron a fusilar.

No queremos ganarnos nuevos enemigos por destronar Cien años de soledad como lo mejor de García Márquez, pero es que El amor en los tiempos del cólera es una delicia. Es la cara B de su novela más famosa y se nota el paso de los años entre ambas. Las dos giran en torno al amor y la soledad y el paso del tiempo pero, mientras que en la primera el pueblo de Macondo y la saga de los Buendía están por encima de cualquier personaje individual, en El amor en los tiempos del cólera todo se ancla a la pareja protagonista y el paso del tiempo deja de ser algo abstracto para seguir las transformaciones sucesivas del amor cuando envejecemos. A mí se me hace una novela más humana y menos mitológica, supongo que porque Márquez había sentido el tiempo en sus carnes o porque se basaba en la experiencia de sus padres.

Al final, el preferir una u otra, la que se titula amor o soledad, depende de cómo veas el vaso al momento de decidirte. A nosotros nos gusta encontrarlo medio lleno.