Disfraces, una pieza clave para salvaguardar la tradición
Durante el recorrido se pudo apreciar la organización, creatividad y diseños en cada uno de los personajes que participaron en la Batalla de Flores.
Los disfraces y parodias hacen parte vital del Carnaval de Barranquilla. Este sábado, en la Vía 40, participaron activamente en la Batalla de Flores y deslumbraron a propios y visitantes con su originalidad, color, brillo y pomposidad.
Entre plumas, canutillos, lentejuelas, bordados, alas y maquillaje, estos hacedores demostraron su sentido de pertenencia con las carnestolendas y se convirtieron en los grandes ganadores del sábado de Carnaval, tal como lo decían los asistentes.
En el inicio del desfile, los disfraces colectivos e individuales hicieron presencia. Una muestra clara del ingenio y de la creatividad del ser Caribe, que logró arrancar carcajadas y aplausos a cientos de personas a lo largo del ‘Cumbiódromo’.
El público disfrutó de grandes vestuarios como el Gorila, que es de los más antiguos del Carnaval de Barranquilla y fue ovacionado en medio de los más de 36 grados de temperatura que se registraron en la capital del Atlántico.
Los animales exóticos, gigantonas, descabezados, indios moicanos, guerreros, arlequines y diablos rojos fueron otros de los disfraces que refrendaron el carácter pluri-étnico de esta fiesta, considerada como patrimonio de la humanidad desde hace 20 años.
El médico sanandresano Julio César Hooker completó once años desfilando en la Batalla de Flores del Carnaval de Barranquilla. Este año, el galeno quiso homenajear a los médicos que han fallecido por covid-19 en el país.
Hooker sostuvo que este homenaje tiene un especial significado, pues también le rinde tributo al artista cartagenero Álvaro José 'Joe' Arroyo, al que considera uno de los artistas más importantes del Caribe colombiano.
“Para mí es un orgullo estar en el Carnaval de Barranquilla y poder desfilar con este personaje en la Vía 40”, expresó.
Sandra Gómez Molina, gerente de Carnaval de Barranquilla S.A.S., destacó el trabajo de preparación que realizan los conjuntos de disfraces, puesto que invierten tiempo para la creación de la puesta en escena, así como para la personificación.
“Hicimos un trabajo de socialización con todos los artistas porque lo que se buscaba era seguir con la tradición y la salvaguarda del Carnaval en estos 120 años de la Batalla de Flores”, sostuvo.
La gerente precisó que "esta es una fiesta patrimonio y es entre todos que podemos conservarla. Valorarla es clave”.
Además, indicó que “somos patrimonio de la Unesco y como tal debemos participar en él y no podemos venir como si estuviéramos en una fiesta en la casa”.
