País Informe de Unicef

470 mil niños, niñas y adolescentes viven en pobreza en Costa Rica

Condición se agrava en poblaciones vulnerables como la indígena, migrante y afrodescendiente

En Costa Rica hay alrededor de 1,4 millones de niños de los cuales un 34% vive en condición de pobreza, 14 puntos porcentuales más que el promedio del país en los últimos cuatro años, y un 12% en pobreza extrema. 

A mayor nivel de pobreza en la niñez y adolescencia es más alta la exclusión, la exposición a la negligencia en el cuido y el involucramiento en actividades ilícitas, según el último informe anual de Unicef en Costa Rica.

“No es necesariamente una relación automática que niños en condiciones de pobreza vayan a ser sujetos a condiciones de abuso o explotación, por lo general lo que se da es que estas familias tienen menor acceso a programas de orientación de crianza positiva y de cuido” explicó Gordon Lewis, Representante de Unicef en Costa Rica. 

El informe señala que la condición de pobreza aleja a las familias de los factores de protección e impide que muchos niños y niñas reciban una educación y alimentación adecuada. 

En nuestro país el porcentaje de familias en condición de pobreza se ha mantenido estable en los últimos años y actualmente hay 328 mil, sin embargo, las familias pobres con jefatura femenina aumentaron tres puntos porcentuales en el 2018 y alcanzó un 48% del total. 

“Las disparidades entre niños empiezan cuando la mujer tiene que tomar una decisión sobre si voy al trabajo porque no tengo donde dejar a mi niño en servicios de cuido” comentó Lewis. 

Además, esta condición se agrava en poblaciones más vulnerables como la indígena, migrante, discapacitada y la afrodescendiente que según el informe para Costa Rica han sido históricamente difíciles de atender. 

Estas disparidades se reflejan en cifras de embarazo adolescente que a nivel nacional es de 14% pero en niñas y adolescentes indígenas se dispara a 22% y en afrodescendiente a un 19%. 

Educación es clave para la salud mental

En cuanto al acceso a la educación un 12% de la población indígena y un 24% de la migrante de 5 a 17 años no tiene probabilidades de recibir educación primaria y secundaria, según el último informe de Estado de los Derechos de la Niñez y la Adolescencia (EDNA). 

El informe de Unicef insiste en que culminar la educación es un factor protector fundamental en la formación de los niños, niñas y adolescentes y que no debe verse solamente como un factor de movilidad social en el área económica sino desde la salud mental de esta población. 

“Para la generación del siglo XXI la escuela es un elemento potenciador de relaciones positivas a nivel social” aseguró Lewis. 

Esto es de especial interés para el informe pues en Costa Rica la tercera causa de muerte en adolescentes es por suicidio, con una tasa nacional de tres por cada 100 mil habitantes que se cuadruplica en comunidades indígenas. 

Para Gordon Lewis los jóvenes de las comunidades indígenas están en una tensión entre la preservación de su cultura indígena y la adaptación a la sociedad moderna.

“Están pidiendo que el Estado no se olvide de ellos y que se les dé acceso igualitario a servicios de educación, orientación y protección” agregó Lewis. 

Otros factores con los que se relaciona el suicidio son una ausencia generalizada de oportunidades para el desarrollo y crecimiento positivos en esta población, el crecimiento de la violencia a la que están expuestos y el rechazo a la orientación sexual con la que se identifican, según el especialista. 

“Para aquellos adolescentes que tomaron la decisión de no continuar con su carrera educativa, porque llegan a la conclusión que no es para ellos, encuentran que no hay oportunidades laborales” explicó Lewis. 

En Costa Rica 175 mil jóvenes no estudian ni trabajan y 126 mil tienen secundaria incompleta o menos, lo que según el informe aumenta la exposición a redes delictivas. 

El Estado debe enfocarse en la prevención

El aumento en cifras como denuncias por violencia a menores o el suicidio en esta misma población significa que el Estado no está trabajando lo suficiente la prevención en sus políticas públicas, según Gordon Lewis, representante de Unicef en Costa Rica. 

“Si el énfasis es solamente en rehabilitación del niño que sufrió violencia, ya es demasiado tarde” explicó Lewis. 

Además, la recomendación de Unicef es un balance entre políticas universales y focalizadas pues en casos como el suicidio y la desigualdad deben atenderse situaciones particulares a cada región o población. 

“Es urgente continuar potenciando el Consejo Nacional de Niñez y Adolescencia (CNNA), motivando que la representación del Estado costarricense sea del más alto nivel, o sea entre viceministros y ministros” agregó Lewis.

El especialista asegura que en nuestro país hay muchas iniciativas desde el Estado, Unicef y otras ONGs con modelos innovadores de exportación a nivel regional pero que es necesario su articulación para mejores resultados.

Suscríbase al boletín

Ir al contenido