Los amigos que traicionaron a Diomedes Díaz

historia-diomedes-diaz-33Escrito Por: MiRiohacha

Los tres temores más grandes que tuvo en vida Diomedes Díaz los terminó de vivir con su partida de este mundo, mientras vivía, El Cacique de la Junta, fue capaz no sólo de cantar y ‘poner’ a más de uno a dedicar canciones, sino además de desahogar sus penas componiendo.

La traición, la enfermedad y la muerte, eran tres temores latentes que llevaba consigo ‘el ídolo de las multitudes’, lo primero lo entristecía, lo segundo le generaba pavor y lo tercero le dejaba pensativo y hasta lo hacía filosofar, sin lugar a dudas la herida por la que más sangraría Diomedes en su existencia sería la deslealtad, así lo dejó dicho en una canción que de su puño y letra salió para que, como decía él, su fanaticada aprendiera de sus ‘Experiencias Vividas’.

“Esta es la historia que quiero contarle a mis seguidores
y dejarles como ejemplo mis experiencias vividas
ay lo bonito que es la vida cuando hay deseos de vivirla
y apartar el rencor pa’ curar las heridas…
…Cuando empecé a ganar plata quería que todos tuvieran
para que todos comieran y toditos trabajaran
sin pensar que me pagaran como Juda’ a Jesucristo
se reunieron toditos y me hirieron el alma

Me ha pasado ni el profeta dueño de varios caballos
los enseñó a comer carne pa’ que no comieran paja
y al cabo de la jornada como todos pueden ver
el día que no hubo carne, se lo tragaron a él

Y a mí por estar confiado
casi me tragan entero
y es el ejemplo que quiero
dejarle a mis seguidores
que el amigo hay que quererlo
que cuídalo y protégelo…”

Vivió tanto como sufrió, el hombre de los multitudinarios aplausos tuvo en su paso por la tierra quizás los momentos más oscuros a los que ningún cantante vallenato se halla enfrentado, pasar de la ovación al señalamiento, de la idolatría a ser juzgado, de tener un millón de amigos a darse cuenta que en su mayoría solo eran conocidos, músicos que cuando vieron afectado el buen nombre de Díaz Maestre, aplicaron la de “al caído, caerle”, sin embargo Diomedes no quiso tragarse sólo esa experiencia, echando mano de su talento, mientras enfrentaba el escándalo por la muerte de Doris Adriana Niño y la enfermedad Guillain-Barré, comienza a brotar esta moraleja hecha canto.

La Esquina Caliente se dio a la tarea de indagar en los nombres de los músicos que le dieron la espalda cuando ‘El Cacique de la Junta’ se encontraba enfermo y atravesando por líos judiciales.

De los nombres que se pudieron conocer uno de ellos es Germán ‘El Pupi’ Benedetti, quien en la agrupación se desempeñaba como ‘todero’, mismo que en repetidas ocasiones demandó a Diomedes para reclamar pagos, uno de los momentos en que lo hizo, manifiesta una fuente cercana fue en esta época donde el cantante no estaba produciendo en conciertos, el cajero José del Carmen ‘Tito’ Castilla, que además fuera excuñado del cantante, también exigía unos pagos que le adeudaba Díaz Maestre en esta época, figura también José Montenegro, un miembro de la agrupación que aunque estuvo esporádicas épocas con el intérprete de vallenatos colaborando cuando Diomedes entraba a grabación haciendo pistas ‘apareció’ demandándolo, se sumó a la lista de los que como dice Diomedes en la canción “se reunieron ‘toditos’ y me hirieron el alma…” Héctor ‘Tico’ Rojano, conguero y Jorge Molina ‘El Saya’, estos dos últimos que eran de los más cercanos a ‘El Cacique’, además de los anteriores el guacharaquero Jesualdo Ustariz y el Técnico de Sonido Luis Villarreal, tampoco dieron espera a la mejoría del cantante y decidieron entablar demanda.

De esa traición nació aquel consejo que en el año 1999 le dio título a la producción musical número 27 de su carrera artística y primera con el acordeonista Franco Argüelles.

Joaquín Guillén elige no constatar nombres de quienes en ese momento ‘huyeron’ sin tener compasión del estado de salud físico de ‘El Cacique’, “En mi mente tengo claro quiénes fueron, se nombre de cada uno de los que no tuvieron esa paciencia o esa delicadeza de darle apoyo a una persona que cuando en abundancia tenía a todo el mundo le daba, pero prefiero no mencionarlos para no entrar en polémicas, lo que si se es que son personas que pudieron haber exigido esos derechos antes y no cuando él estaba en esa situación, cuando era un momento difícil, donde más bien tenían que esperarlo porque estaba enfermo, pero hicieron todo lo contrario, se dedicaron a atacarlo en esa forma, esa es su experiencia vivida, por eso se llama así ”.

Apartes de lo que vivía Diomedes Díaz en aquel momento narró Guillén: “Estuvo en la cárcel, luego de eso le vino la enfermedad, fueron siete años que Diomedes estuvo inhabilitado, gastando plata, sin poder producir en conciertos, en medio de eso muchos de sus trabajadores, de sus amigos se le retiraron, trabajadores comenzaron a demandarlo, lo citaban ante la Oficina de Trabajo, pedían su liquidación, en muchos de esos casos me llegó a mi citación como testigo de que yo sabía como amigo de él que ellos habían trabajado con él, para ellos yo era un testigo clave, pero nunca accedí a eso, eso hubiese sido una puñalada para Diomedes”.

“Por eso siempre digo que Diomedes está muerto por buena gente, porque aunque siempre buscó el bienestar de sus más allegados, nunca tuvo retribución, muchos en el momento más difícil le dieron la espalda, ahí fue que el comenzó a construir esta canción, hoy agradezco y todo el mundo lo reconoce, por el hecho de ser yo su amigo leal, esto me llevó a ser el protagonista y personaje por el cual en este tema musical se crea un tono de agradecimiento hacia mi”, asegura Guillén.

Y fue surgiendo la letra…

Esta canción nace cuando Diomedes Díaz tenía casa por cárcel, el cantante permanecía en silla de ruedas, “en ese tiempo junto a Tito Castilla recogimos las canciones de ese álbum que grabó con Franco Argüelles, recogimos todos esos temas, hubo tantas situaciones detrás de esa producción, a Diomedes no le permitían ni salir a grabar a un estudio, tenían que montarle todo en la casa, sin embargo pudimos hacerlo donde Omar Geles, porque por decirlo de alguna manera nos ‘volábamos’ para hacerlo, pero no era con más ninguna intención, la idea era terminar la producción”.

Al parecer a Diomedes Díaz muchos lo midieron por el valor material, lo que producía o podía dar, en ese momento muchos no creyeron literalmente que ‘El Cacique de la Junta’ se levantaría de esa, “”Dime cuanto tienes y te diré cuanto vales”, de pronto pensaban que ya él no cantaría más, que ya se había fregado y muchos de los que estaban a su lado en ese momento estaban por su lucro, en saludo, en amistad, en dinero, en otras cosas, lo rodeaban para eso, ahí radicó la diferencia de nuestra amistad, yo fui su amigo cuando él no tenía nada, siempre estuve ahí…ahí”, menciona Joaco Guillén.

 

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