Vaticano

Los cristianos quieren fomentar el cuidado de la creación

El 1 de septiembre la Iglesia católica celebra la Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación. Esta fecha también marca el inicio del “Tiempo de la Creación”, un mes que católicos y ortodoxos dedican especialmente para rezar y actuar a favor de la conversión ecológica.

Paloma López Campos·1 de septiembre de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos
Creación

(Unsplash / Margot Richard)

La Iglesia católica celebra el 1 de septiembre la Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación. Este día marca también el comienzo del “Tiempo de la Creación”, un mes dedicado por católicos y ortodoxos a los actos a favor de la conversión ecológica. El lema para este periodo ecuménico es “Que la justicia y la paz fluyan”, y la imagen elegida es la de un río caudaloso.

El Papa Francisco considera que estamos en una “insensata guerra contra la creación”. Por ello, en su mensaje para esta Jornada publicado en mayo de 2023, animó a “todos los seguidores de Cristo” a trabajar para que “nuestra casa común esté llena nuevamente de vida”.

Para comenzar el “Tiempo de la Creación”, el Santo Padre participará en un evento ecuménico el 1 de septiembre, al inicio de su viaje apostólico en Mongolia. Este país es uno de los grandes afectados por la crisis climática, tal como señalan los informes publicados por GIZ.

Un mes de acción

El “Tiempo de la Creación” finalizará el 4 de octubre, fiesta de san Francisco de Asís. Ese mismo día el Papa Francisco publicará una exhortación apostólica para completar la encíclica “Laudato si’”. Asimismo, a lo largo del mes de septiembre se celebrarán diversos eventos globales con temática variada, siempre con el objetivo de favorecer “la conversión ecológica”. Entre las actividades que se han planificado hay una vigilia ecuménica en el Vaticano, la aprobación y promoción del Tratado de No Proliferación de Combustibles Fósiles y limpiezas de entornos naturales. Se puede encontrar más información acerca de los eventos en la página web del “Movimiento Laudato Si’”.

La celebración de esta jornada y del mes ecuménico tienen su razón de ser en la “insensata guerra contra la creación” que se está desarrollando. Una contienda con “víctimas de la injusticia ambiental y climática”, en palabras del Papa Francisco.

Ante esta crisis, el Santo Padre sugirió en su mensaje de mayo que “debemos decidir transformar nuestros corazones, nuestros estilos de vida y las políticas públicas que gobiernan nuestra sociedad”.

Para ello es necesario que vivamos una auténtica “conversión ecológica”. Esto implica “la renovación de nuestra relación con la creación, de modo que no la consideremos ya como un objeto del que aprovecharnos, sino por el contrario, la custodiemos como un don sagrado del Creador”.

La creación

Para evitar confundirse en medio de la terminología, Francisco especificó el significado de ‘creación’. Esta “se refiere al misterioso y magnífico acto de Dios que crea de la nada este majestuoso y bellísimo planeta, así como este universo, y también al resultado de esta acción, todavía en marcha, que experimentamos como un don inagotable”.

Este don requiere un comportamiento responsable por nuestra parte. El Papa pidió que “colaboremos en la continua creación de Dios a través de decisiones positivas, haciendo un uso lo más moderado posible de los recursos, practicando una gozosa sobriedad, eliminando y reciclando los desechos y recurriendo a los productos y a los servicios, cada vez más disponibles que son ecológicamente y socialmente responsables”.

Sínodo de la sinodalidad

Como señaló Francisco en su mensaje, el cierre del “Tiempo de la Creación” coincide con la apertura del Sínodo sobre la Sinodalidad. El Pontífice expresó su deseo de que la Iglesia sinodal contribuya al cuidado de la tierra y de los hombres. “Como un río es fuente de vida para el ambiente que lo circunda, así nuestra Iglesia sinodal debe ser fuente de vida para la casa común y para todos aquellos que la habitan. Y como un río da vida a toda clase de especies animales y vegetales, también una Iglesia sinodal debe dar vida sembrando justicia y paz en cualquier lugar a donde llegue”.

El Papa acudió al Espíritu Santo para que fomente tanto las iniciativas a favor del cuidado de la creación como los resultados del sínodo, para que “nos guíe a la ‘renovación de la superficie de la tierra’” (cfr. Salmo 104, 30).

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