En La Macarena hay decenas de cuerpos enterrados sin identificar. Foto: Javier Sulé

El municipio de La Macarena, en el departamento del Meta, queda lejos de todo, aunque es posible ir en avioneta desde Bogotá o Villavicencio. De hecho es lo que lo suelen hacer aquellos que vienen a esta parte de Colombia atraídos por la belleza del río Caño Cristales, considerado por muchos como el más hermoso del mundo. Yo llegué a la Macarena tras un largo viaje en autobús desde Bogotá con trasbordo primero en Neiva y luego en San Vicente del Caguán. Naturalmente visité Caño Cristales, pero la idea de venir a la Macarena fue primero conocer esta zona de dominio guerrillero reconquistada a fuego por el gobierno de Álvaro Uribe y segundo porque hace unos años un informe de la Procuradoria General de la Nación, del que se hicieron eco varias ONGs defensoras de derechos humanos, reveló que en este pueblo podía haberse descubierto la fosa común más grande de Colombia con cerca de 2000 cadáveres.

Tumbas de cuerpos enterrados sin identificar en el Cementerio de La Macarena con la torre de vigilancia de la base militar de fondo. Las ONG’s denunciaron la existencia de una gran fosa común con 2000 cadáveres, Foto: Javier Sulé

 Con el tiempo no ha quedado muy claro que se tratara de una fosa común. La propia ONU no encontró indicios de su existencia y certificó que lo único de lo que había constancia era de la de presencia de más de 400 cuerpos NN sin identificar en el cementerio. El propio alcalde de la Macarena Herminso Cárdenas me lo desmintió personalmente de forma muy tajante: “Se magnificó y se especuló mucho. Se dijo que era una fosa con 2.000 cadáveres, que se abrió un hueco grande y los metieron allí. Es una gran mentira. Aquí hay unas personas en el cementerio, algunos sin identificar como producto de la guerra que vive el país. La mayoría son cuerpos de guerrilleros, de jóvenes y de niños que nacieron en medio de nosotros pero que ingresaron a las filas de las FARC cuando éstos eran el gobierno de facto en la región. Y empezaron a caer que dos, que cinco, que seis… y nos llenaron el cementerio de cuerpos”.

 Pedro Julio Gordillo, jefe de criminalísitca de la policía judicial del Meta (CTI) tampoco acepta que se hable de fosa común, pero si me reconoce que al cementerio de la Macarena llegaban cuerpos de todas las zonas del Meta donde operaban las brigadas móviles de la Fuerza de Despliegue Rápido, FUDRA. “Eran muertos en combate y no había unidad de medicina legal. Las necropsias quizá se hacían de forma poco ortodoxa porque no conocían el protocolo de identificación y la alcaldía tampoco se responsabilizaba ni hacía nada para que se hicieran bien. Ahora los métodos y los protocolos de inhumación y exhumación son mucho más estrictos”.

Fosas con cuerpos enterrados NN en el cementerio de La Macarena, departamento del Meta. Foto Javier Sulé

 Visité el cementerio de la Macarena. Se encuentra a 10 minutos del casco urbano del pueblo, pasado el aeropuerto y anexo a una base militar; que es precisamente el aspecto que más llama la atención. Me sentí vigilado por los soldados apostados en las dos torres de vigilancia de la base que dominan la zona, pero ningún militar se acercó a preguntarme que hacía por allá tomando fotos. En general tiene la apariencia de un cementerio normal, salvo que sí existe toda una zona donde hay decenas de fosas o tumbas correspondientes a cuerpos NN enterrados sin identificar. Todas ellas parecen ser de personas inhumadas individualmente y marcadas con una pequeña tabla de madera que tiene inscrita la fecha del entierro y en algunos casos también el número del acta del levantamiento del cadáver. Varias de esas tablas están por el suelo descolocadas de cualquier manera.

Defensores de derechos humanos insisten que se trata de un cementerio semiclandestino y se preguntan cuántos cementerios de este estilo creados por las Fuerzas militares habrá en los municipios de Colombia. Igualmente denuncian que entre el 2002 y 2006 el Ejército asumiera funciones de policía judicial en la región, que los militares hicieran los levantamientos de cadáveres cuando eso está prohibido. De la misma forma sospechan que muchos de los cuerpos NN enterrados en La Macarena puedan ser consecuencia de ejecuciones extrajudiciales y desapariciones en la Macarena y municipios aledaños; víctimas de los famosos falsos positivos.

Demetria Muñoz con una foto de su marido desaparecido hace tres años. Hace un mes le entregaron sus restos. Estaba enterrado en el cementerio de La Macarena y pudiera ser un caso de los llamados falsos positivos. Foto: Javier Sulé

Un caso de falso positivo pudiera ser el Wilmer Parra Flórez, uno de los cuerpos NN que había sido enterrado en la Macarena y cuyos restos fueron identificados y entregados a su mujer hace poco más de un mes. Su esposa Demetria Muñoz tuvo un gran descanso al poder encontrarlo y se siente afortunada de poder tenerlo, pero quiere saber la verdad. No entiende, tal como ella misma me afirma, que su marido saliese de casa un día para hacer una vaquería y traer unos animales, desapareciera y apareciera tres años más tarde enterrado en el cementerio de la Macarena, a más de un día de viaje de la vereda donde ellos vivían. 

Demetria asegura que Wilmer era sólo un trabajador y un buen padre para sus tres hijos. La Fiscalía, por el momento, las únicas explicaciones que le ha dado a la familia es que la investigación sobre las causas de su muerte siguen su curso y Wilmer pudo fallecer en un enfrentamiento entre la guerilla y el ejército que hubo en la zona donde vivían. “Quiero encontrar a los responsables para que paguen lo que hicieron. El día que desapareció sí se escuchó una fuerte balacera en la zona y no me cabe la menor duda que murió ese día, pero también estoy segura que fue el ejército quien lo mató y luego lo hizo pasar por guerrillero muerto en combate. Aquel día, pasado el enfrentamiento, cuando fui a buscarlo nadie me daba razón. Él no era ningún guerrillero”.

La Fiscalia asegura que en breve comenzarán en el cementerio de La Macarena nuevas exhumaciones para establecer la identidad plena del resto de NN enterrados allí con el objetivo de hacer en la medida de lo posible la entrega formal de los restos a los familiares.