Analizar la Contaduría pública, como profesión liberal, que se viste de pertinencia en las estructuras organizacionales empresariales y de entidades de tipo gubernamental, y cuyo objeto y finalidad es servir como instrumento de transparencia, deja en evidencia su importancia en un contexto nacional e internacional que avanza en escalas exponenciales. El desarrollo inmediato en los ordenamientos sociales, económicos, financieros, culturales y el vertiginoso auge en las comunicaciones y sistemas de información, generan condiciones de carácter normativo o procedimental que amplían el campo de acción, así como el ámbito de la profesión contable.
En este sentido, desarrollarse como profesional de la Contaduría pública, es un reto, en un contexto normativo nacional e internacional cambiante, que permea aspectos relacionados con la tributación, la regulación contable, laboral, normas de aseguramiento y control de la información financiera y no financiera de las entidades, de revisoría fiscal, sostenibilidad, sistema de información, regulaciones en la balanza comercial, y por último, no menos importante, la formación científica a través de procesos de investigación formativa aplicada a la resolución de problemas de contexto relacionados con su campo de estudio.
Por ello, es necesario, gestar competencias que lo configuren como un ser integral, con conocimiento científico y crítico, mentalidad abierta a todos los aspectos de la vida dentro de una visión global, sin alejarse del contexto nacional, lo que se fundamenta en el concepto moderno de Glocalización –Pensar globalmente para una actuación local-, con la concepción de responsabilidad social inherente a su desempeño como instrumento de cambio, que garantiza desde el inicio de su formación, los aspectos determinantes en su persona y el ejercicio de su profesión como lo son: la investigación, los métodos y técnicas contables armonizados, la responsabilidad, el compromiso con la sociedad derivado de la potestad que le demanda.
Todo lo anterior, fundamentado en los principios que son imperativos en su profesión, regulados por su Código de Ética profesional, la Ley 43 del año 1990, dando fe sobre los actos e información contable y financiera de terceros y el de expresar dictamen profesional e independiente o certificar sobre Estados de Situaciones Financieras y otros estados Financieros, contextualizados en los Principios de Contabilidad Generalmente Aceptados -PCGA-, convergidos a los Estándares de Normas Internacionales de Información Financiera, Normas Internacionales de Auditoría, entre otras y su importancia como apoyo en la toma de decisiones empresariales.
Extrapolando lo anterior, la puntualidad en los hechos que fundamenten el desarrollo del quehacer del contador público, incluyendo, la correlación de procesos de enseñanza y aprendizaje, en ciclos formativos, evolutivos, científicos, integrales, y sociales, marcará un impacto en el paradigma existente, de ver al profesional contable, como un elemento alejado del desarrollo organizacional o con la perspectiva de ser un requisito impositivo a las empresas a partir de la concepción normativa.
A razón de esto, se requieren profesionales íntegros, que, mediante sus capacidades críticas y racionales, desarrollen instrumentos científicos que le permitan llegar a un conocimiento estructurado y evolutivo, con miras a la trascendencia en el quehacer contable, modificando los paradigmas establecidos con fundamentos y conocimientos sólidos que den respuestas a las problemáticas existentes, sociales, eco ambientales y organizacionales, aplicando los saberes obtenidos durante su proceso de formación.
Es así como, en el marco de la conmemoración del día del Contador Público colombiano, extendemos felicitaciones a los y futuros profesionales de la Contaduría Pública, que con su dedicación y actuar ético generan desarrollo y progreso a las organizaciones empresariales y sociales.