Es más frecuente en mujeres, en particular después de la menopausia. El ejercicio físico es el tratamiento más efectivo para incrementar la masa ósea, reforzando el hueso en los lugares con mayor solicitud mecánica (líneas de estrés).
Los efectos del ejercicio se traducen en un aumento de la zona perióstica y en una reducción de la porosidad, constituyendo una herramienta fundamental para prevenir la pérdida acelerada de masa ósea en personas con osteoporosis.
Un estudio reciente refleja a la perfección cómo ha de diseñarse un programa de ejercicio para favorecer significativamente el mantenimiento de la densidad mineral ósea (DMO). Un total de 400 mujeres postmenopáusicas sedentarias (50-74 años) fueron divididas aleatoriamente en un grupo que realizó un programa de ejercicio aeróbico de 150 minutos semanales y en otro que realizó un programa similar pero incrementó su tiempo hasta los 300 minutos. Ambos grupos se ejercitaron durante 12 meses, cinco días a la semana y a una intensidad correspondiente al 65%-75% de la frecuencia cardiaca de reserva.
Es especialmente reseñable que en una evaluación posterior (24 meses tras el inicio del programa de ejercicio) las diferencias entre grupos respecto a la DMO continuaron siendo estadísticamente significativas a favor del grupo que duplicó el volumen de entrenamiento.
REFERENCIAS
- Gonzalo-Encabo P, McNeil J, Boyne DJ, Courneya KS, Friedenreich CM. Dose-response effects of exercise on bone mineral density and content in post-menopausal women. Scand J MedSciSports. 2019 Aug;29(8):1121-1129. doi: 10.1111/sms.13443.
- Sen EI, Esmaeilzadeh S, Eskiyurt N. Effects of whole-body vibration and high impact exercises on the bone metabolism and functional mobility in postmenopausal women. J Bone Miner Metab. 2020 May;38(3):392-404. doi: 10.1007/s00774-019-01072-2.