Muchas veces la fortuna juega un papel trascendental en el avance de la medicina como así nos lo demostró el descubrimiento de la penicilina. Ahora la lucha de la malaria ha visto un halo de esperanza con un descubrimiento totalmente casual, después de que una colonia de mosquitos en un experimento no desarrollará el parásito de la malaria debido a la presencia de la bacteria TC1 que está comúnmente en la naturaleza.

la bacteria TC1 que esta comúnmente en la naturaleza, inhibe el crecimiento del parásito de la malaria en el intestino del mosquito

Los investigadores aseguran que la bacteria podría ser una una nueva herramienta para combatir una de las enfermedades más antiguas del mundo y causante de más de 600.000 muertes anuales. Por ello, se están realizando ensayos para evaluar su seguridad en el mundo real.

Los científicos de un centro de investigación en España, dirigidos por la compañía farmacéutica GSK, descubrieron que la colonia de mosquitos que utilizaban para el desarrollo de medicamentos había dejado de trasmitir la malaria. “La tasa de infección de los mosquitos comenzó a disminuir y, a finales de año, los mosquitos simplemente no estarían infectados con el parásito de la malaria”, declaró. Janneth Rodrigues, directora del programa de investigación.

Molécula Harmane

Esta desaparición del virus en los mosquitos se debió a que una cepa específica de bacterias, TC1, había detenido el desarrollo de los parásitos de malaria en el intestino de los insectos. “Una vez que coloniza al mosquito, dura toda la vida. De modo, que descubrimos que la bacteria TC1 era la responsable de reducir la transmisión en los insectos”, aseguró Rodrigues.

La bacteria funciona secregando una pequeña molécula, conocida como harmane, que inhibe las primeras etapas del crecimiento del parásito de la malaria en el intestino del mosquito

Asimismo, los nuevos datos publicados en la revista Science sugirieron que la bacteria puede reducir la carga de parásitos de un mosquito hasta en un 73 por ciento. La bacteria funciona secregando una pequeña molécula, conocida como harmane, que inhibe las primeras etapas del crecimiento del parásito de la malaria en el intestino del mosquito.

Los científicos de GSK junto con la Universidad Hopkins descubrieron que el mosquito puede ingerir el harmane por vía oral, si se mezcla con azúcar, o absorberlo a través de su cutícula al contacto. Esto abre la posibilidad de tratar superficies en áreas donde los insectos descansan con el compuesto activo.

MosquitoSphere

Ahora se están realizando más ensayos en una instalación de investigación de campo contenida llamada MosquitoSphere en Burkina Faso para evaluar qué tan efectivo y seguro sería usar harmane a escala en el mundo real. La esperanza es que al desarrollar esta intervención basada en bacterias en un medicamento puede dotar a los científicos a corto plazo una herramienta más que eficaz para una de las enfermedades más antiguas y mortales del mundo.

Se están realizando más ensayos en una instalación de investigación de campo contenida llamada MosquitoSphere en Burkina Faso

La malaria mata a unas 620.000 personas al año, a menudo niños menores de cinco años. Ya se han desarrollado vacunas, pero aún se encuentran en las primeras etapas de implementación en África. Gareth Jenkins, de la organización benéfica Malaria No More, calificó al nuevo descubrimiento como prometedor. “La malaria mata a un niño cada minuto. Se ha logrado un progreso significativo en la reducción de la carga mundial de la malaria, pero para volver a encarrilarnos necesitamos herramientas nuevas e innovadoras en el arsenal. Con una sólida línea de innovación, es posible acabar con la amenaza de la malaria en nuestras vidas”, aseveró el investigador.


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