Andina

'Chiquito' Rossel: "Soy un hombre sentimental"

Chiquito Rosell

Chiquito Rosell

15:27 | Lima, mar. 22 (ANDINA).

Entrevista Susana Mendoza

No le teme al esfuerzo, pero sí a la indiferencia. Alberto "Chiquito" Rossel Contreras es un tipo con sentimientos. Ama a su esposa tanto como a sus hijos y está decidido a luchar por otro título mundial.
–Uno supone que un boxeador es rudo. ¿Eres tierno?
–Sí, bastante. Sobre todo cuando estoy con mis hijos y mi esposa. Con la familia siempre, con mis padres y hermanos, pero también con la gente que me conoce de tiempo.

–¿Es natural o lo aprendiste a lo largo de estos años?
–Uhmmm... Siempre he sido sentimental, y noble también. Eso lo aprendí con mi hija mayor, Suzanne, que nació con síndrome de Down hace trece años. Cambié bastante.

–¿En qué cambiaste?
–Comencé a entender a los padres de familia que tienen hijos con este problema. Desconocía las facultades de las personas que nacen con este síndrome.

–¿Qué entendiste?
–Que tenía que ser constante para ver las mejoras de mi hija. Sus terapias, estimulación, enfermedades que siempre tienen. Pero también que tiene su fortaleza: ella siempre quiere hacer las cosas bien y es intrépida.

–¿Sientes que con el boxeo eres otro?
–Totalmente. Soy un peleador: fuerte de mente e inteligente para pelear.

–Y cuándo dejas el ring, ¿quién eres?
–Un hombre sensible y caritativo. Me gusta mi hogar. Despertar y ver a mis hijos.

–Conoces a tu esposa desde hace más 18 años. ¿Es difícil construir una relación de pareja?
–En toda pareja se vive situaciones que uno tiene que superar. 

–¿Qué es lo que más te gusta de tu esposa?
–Su sonrisa y fortaleza. Tenemos 14 años de casados, pero como amigos nos conocemos hace 18 años.

–¿Eres más papá que esposo?
–Creo que sí... (risas). Soy más querendón con mis hijos.

–A los 36 años, ¿qué es lo más difícil para un boxeador?
–El tiempo para desarrollarse en este deporte es corto; y cuando uno tiene edad madura, los sacrificios cuestan más, los ejercicios, las dietas. Pero en esta edad deportiva, el título mundial me ha dado más energías.

–¿Tienes más confianza en ti mismo?
–Sí. Más seguridad. Tengo entusiasmo por seguir este camino, que ya acaba porque se acerca el retiro.

–¿Cómo te imaginas a los 40 años?
–Todavía vinculado al boxeo a pesar de estar retirado, porque mi intención es crear un gimnasio, hacer escuela, buscar nuevos talentos y compartir con ellos mi experiencia de vida.

–¿Y a los 50?
–¡Ni me imagino!

–¿A qué le tienes miedo?
–A la indiferencia.

–¿Fuiste estudioso en el colegio?
–Chancón no he sido, pero nunca desaprobé porque siempre me esforzaba.

–¿Te gusta la política?
–Me gustaría incursionar porque me interesa ayudar al deporte, a la gente que necesita un apoyo para realizarse en él. Pero la política es fregada.

–Tu mamá es cusqueña, ¿qué tienes de cusqueño?
–Mucho, por mi sangre corre esa fuerza inca, de luchador, de no dejarse vencer así no más. Yo siempre he dicho: Un campeón es aquel que vence todos los obstáculos.

¿Y cuál ha sido el más difícil de superar?
–Que no se valore el esfuerzo que hace un deportista. Desde niño, mis sueños fueron alucinantes y grandes. Cuando empecé a los 14 años, quería ser el mejor del mundo. En cada campeonato que veía me daba curiosidad saber qué sentía el que ganaba.

–¿Y qué se siente?
–Es una emoción indescriptible que te hace sentir una persona especial, como elegida por Dios.

–¿Qué enseñanza quieres dejar para tus hijos?
–Que vean el sacrificio que hago para lograr las cosas, porque en esta vida nada es regalado. Si uno quiere conseguir algo, tiene que lucharla...

–¿Con ética o "el fin justifica los medios"?
–La ética, humildad y respeto son muy importantes. Siempre he sido leal con el deporte.

–¿Quieres que tu hijo sea boxeador?
–Quiero que aprenda a boxear para que se defienda.

–¿Es de tu tamaño o más alto?
–Va a ser más alto que yo (risas) y crecerá más porque hace natación.

(FIN) 

Publicado: 22/3/2013