Andina

Alberto "Chiquito" Rossel: "No soy una persona violenta"

Foto: ANDINA/Carlos Lezama.

Foto: ANDINA/Carlos Lezama.

08:31 | Lima, oct. 11 (ANDINA).

El boxeador Alberto "Chiquito" Rossel dijo mantenerse fiel a sus orígenes familiares no obstante los lauros obtenidos y refirió que tuvo que ganar el campeonato mundial para recién poder atraer auspiciadores.
¿A qué edad empezaste a boxear?
–A los 14 años, cuando todavía estaba en la escuela. Un entrenador de boxeo empezó a dar clases en el colegio y fuimos invitados a participar. Entré a ver y me llamó muchísimo la atención, y cuando empecé a practicarlo me gustó bastante.

¿Sientes que la gente te ve con cierto miedo y trata de no irritarte?
–No creo que sea así, porque mi contextura no amedrenta a nadie. Soy bajito y, aparte de eso, no soy una persona violenta. Todo lo contrario: soy tranquilo, sencillo y si me ha tocado pelear ha sido siempre en el ring, en un encuentro de boxeo.

Cuando alguien tiene triunfos de la envergadura de los que tú tienes, de pronto busca residir en otras zonas "mejores", pero veo que sigues en tu mismo barrio de San Martín de Porres.
–El progreso siempre es  bueno, pero hay que pisar tierra: saber de dónde vienes y en dónde estás, y mantener la humildad siempre. Claro que uno siempre busca mejoras para su familia, pero mudarte es vivir cosas que no son tuyas.

Algunos cambian, teniendo triunfos menores que los tuyos...
–Siempre he sido como soy, ¿por qué tengo que cambiar? La educación que te dan en casa es muy importante para eso. Mis padres me educaron bien. Mi papá es profesor, siempre le han gustado las cosas rectas, y a mis hermanos y a mí nos ha inculcado el tratarnos con respeto y humildad. Además, mi camino siempre ha sido el del deporte y el estudio.

¿Qué has estudiado?
–Cuando empecé a boxear, estaba en secundaria. En esos años también integraba la selección de boxeo, y luego, como deportista calificado, entré a la universidad a estudiar educación física. Mi vida siempre está vinculada a ambas cosas.

¿Con el boxeo has podido sacar adelante a tu familia?
–Haber defendido el campeonato del mundo me genera más ingresos para poder asegurar mi futuro y el de mi familia. Acá tienes que ser campeón mundial para que te puedan dar la mano. Había sido cuatro veces campeón nacional; campeón bolivariano, sudamericano, latinoamericano; medalla de bronce en los Juegos Panamericanos; estuve en una olimpiada, pero nada de eso servía.

¿Ahora que eres campeón mundial tienes más auspicios?
–Sí. Antes no hacían caso para publicitarte o apoyarte. Pero si vas a tocar las puertas con un cinturón mundial, las cosas son distintas. Ahora, con lo que he ganado estoy invirtiendo en un gran gimnasio de boxeo. He comprado un terreno cerca de mi casa, y está en plena construcción. Dios mediante, podré terminar a fin de año ese local y luego buscar la implementación y dedicarme a un negocio vinculado al boxeo.

¿Cómo reacciona tu familia cuando te ven recibir tantos golpes?
–Es difícil para ellos, pero no solamente al momento de la pelea, sino por todo lo que pasa antes. Son dos o tres meses de preparación previamente a cada pelea en los que estoy fuera de casa, concentrado. De repente los domingos puedo verlos, porque siempre es importante la presencia del padre en casa y porque a veces hay situaciones que escapan de nuestras manos cuando uno está ausente.

¿Tan largo es el período de concentración en el boxeo?
–Son dos meses de concentración como máximo, porque las peleas son duras y largas, y hay que estar muy bien preparado físicamente. Pero en ese tiempo muchas cosas pueden suceder en casa, y si bien estoy concentrado, si hay una llamada de mi esposa contándome que sucedió algo –un caso de salud, un accidente–, tengo que dejar todo para atender esa emergencia. La tensión no es únicamente durante la pelea.

(FIN) DOP/RES
GRM

Publicado: 11/10/2013