No importa donde vivamos, el proceso de reciclaje ya es casi obligatorio. Si no es una ley de la ciudad o un acuerdo del vecindario, reciclar es ya una obligación ciudadana.
Los edificios en Washington, así como en otras ciudades, se están preocupando cada día más del proceso de reciclar y es por ello que en la basura podemos observar tres tanques de colores diferentes que señalan el tipo de basura: metal (sopas de lata, cervezas), papel (periódicos y revistas) y vidrio.
Las escuelas imparten cátedras sobre el efecto de no reciclar y los beneficio s que obtenemos si lo hacemos. Pero el deber va mas allá, Alexander Castillo vive en Washington y todos los sábados se reúne en un café cercano para hablar de reciclaje.
“Mi trabajo, no remunerado, es concientizar a la gente sobre lo fácil que es reciclar. No quiero cansar a nadie con el tema, así que me siento y quien ve mi letrero se sienta conmigo, nos tomamos un café y hablamos del tema”, dice Castillo.
El letrero dice: “Hablemos de reciclaje” y en una conversación de 10 minutos, Castillo habla sobre el tema.
“Plástico, papel y metal son los elementos más fáciles de separar”, le explica Castillo a una señora que podría tener unos 60 años.
El tema según Castillo es simple, separar vidrio, metal y verduras.
“Reciclar es un proceso químico, nosotros somos la primera línea. Cuando abrimos una lata de sopa, lo que debemos hacer es lavar la lata y ponerla en un contenedor diferente a donde botamos la carne, la papa y el resto de los alimentos”, explica Castillo.
La separación de basura, que es lo que si hacemos, sirve para que las empresas encargadas de reciclar hagan más fácil y rápido su trabajo.
“Los elementos orgánicos como el arroz, la carne y los vegetales se van por la cañería y se disuelven en el agua, pero los otros elementos tienen repercusiones desastrosas para el planeta”, señala Castillo.
La teoría de Castillo es que los elementos inorgánicos pueden guardarse en casa y botarse después.
Según este amante del planeta, las latas de gaseosas, el plástico de las bolsas y los metales de las latas de sopas son elementos que pueden ser utilizados una vez más, pero debemos nosotros dar el primer paso en la selección y separación.